viernes, 9 de noviembre de 2012

Que lo mejor para el frío es el calor humano


 
¡Ay! caminantes…trabajo, trabajo y más trabajo… la razón que me mantiene lejos de mi adorado blog.

En los tiempos que corren, no nos queda otro si no que dejarnos la piel en nuestras labores, y, más aun teniendo en cuenta la lucha que llevamos a cabo para conseguir la posición social que hoy regentamos. El miedo, orgullo o cual fuere el motivo, nos impide, desgraciadamente, centrar nuestros esfuerzos en las cosas que son realmente importantes para nosotros.

La música, el baile, algo tan sencillo como ir al gimnasio, o la escritura que es mi arte preferido, la musa de mi vida, pues no sabría que hacer si no pudiese desahogar de vez en cuando esta cabeza loca que piensa y gira a demasiados kilómetros por hora.

Bien Caminantes, no sé si estaréis de acuerdo con esta reflexión que hoy expongo, pero, me gustaría hablar (como ya he mencionado antes) de las cosas realmente importantes en la vida, y, para ser más concretos, de cómo las dejamos de lado y lo dura que se plantea la vuelta a recuperarlas.

EL AMOR… veréis, personalmente siempre he opinado que el amor es lo más importante en esta travesía que es la vida y he defendido ‘’a cuchillo’’ que una persona que posee el amor será capaz de todo.

Hemos entrado en Noviembre, el frío es indiscutible en la mayor parte de países, y la verdad más grande en cuestiones de frío es:
Que lo mejor para el frío es el calor humano.
Abrazos durante la noche, mimos durante la tarde, ¡intimidades durante todo el día a cada rato que se pueda!

Y ahí es donde llega, precisamente, el ‘’intríngulis’’ del caminante…

Un caminante del mundo ama por encima de todo.
 Ama los paisajes, las culturas, las enseñanzas de la gente, lo aprendido, los pequeños placeres y las grandes explanadas…los viajes…los viajes que nos llenan de vida y emoción…en cada país, en cada ciudad, el caminante es propenso a conocer a personas especiales y compartir momentos.
Realmente amas a esas personas, te enamoras y luego…te vas.

 En la soledad, eterna compañera de nuestro espíritu libre, llega un momento en el que inevitablemente añoras tener a tu lado a un amor que al fin sea duradero, para toda la vida.
Piensas en asentarte, calmarte, elegir un lugar para echar raíces…a pesar de que a días, ese nervio que poseemos nos casi obligue a mover nuestro culo inquieto hacia otro lugar.


Es toda una lucha que alguien que no sea un Caminante nato no puede llegar a entender.

No sé si compartís esto pero…y ¿qué hacer cuando has conocido a una persona especial en dos ciudades diferentes?

Cada una te aporta una de las cosas importantes que buscas para tu futura estabilidad…
¿Cómo elegir eso? ¿Cómo elegir quién?

¿Cómo elegir a alguien sin tener claro si dentro de unos meses querrás irte a vivir a México?

Bien, yo he tomado una determinación a toda esta avalancha de dudas y sentimientos…
Hay que vivirlo y sacarle el máximo jugo posible.

Tal vez ninguna de esas personas sea adecuada, igual que tal vez y es más, probablemente, lo sean ambas y eso es algo que sólo va a descubrirse con tiempo y vivencias. Compartiendo momentos y creando historias.

Hay una esperanza que nunca hay que perder, una esperanza que yo jamás perderé…

Tal vez, no muy lejos, exista una persona dispuesta a seguirte al fin del mundo…y tal vez haya una persona que algún día cree para ti un mundo tan maravilloso que ya no te haga falta la maleta nunca más…

Suerte caminantes, no dejéis de disfrutar del amor y en estos meses de frío….bueno, ya sabéis  ;).